CARAL: CUNA DE LA
CIVILIZACION ANDINA
La civilización
caral (entre 3000 y 1800 a. C.) fue la expresión del surgimiento de las
primeras sociedades complejas en el área nor central peruana. Esta área, de 400
por 300 km, comprende los valles de la costa (Santa, Nepeña, Sechín,
Culebras, Huarmey, Fortaleza, Pativilca, Supe, Huaura, Chancay y Chillón), los
callejones serranos de Huaylas y Conchucos junto con el altiplano de Junín, y las cuencas de los
ríos Marañón, Huallaga y las
cabeceras del Ucayali en la selva.
En toda esta área destaca nítidamente el valle de Supe,
ubicado en Barranca, Lima, donde en los primeros 40 kilómetros desde el mar, se
han identificado 21 asentamientos monumentales de esa civilización, entre ellos
la ciudad de Caral, de la que ha derivado el nombre de la cultura. La
civilización caral fue contemporánea a Mesopotamia, Egipto e India, pero, a
diferencia de ellas, se desarrolló en completo aislamiento.
Caral, fue sede de una comunidad formada por
varios linajes y dirigida por los jefes o representantes de dichos linajes ,en
donde uno de ellos sería el Curaca principal y los otros sus contrapartes. Los
Curacas de estos linajes conducirían y organizarían la vida de los habitantes
de las diversas ciudades y pueblos contemporáneos a Caral como Áspero,
Allpacoto, Miraya, Kotosh y La Galgada entre otros. Todos ellos compartían una
misma tradición y formaron una amplia y bien organizada red de reciprocidad e
intercambio. Caral debió ser la cabeza de toda esta red.
Lo que los mantuvo unidos fue
la religión, que se usó como medio de cohesión y coerción. La religión en esa
época fue la política del Estado para el control de la población , de la
producción de bienes y su circulación. Ello está representado en los grandes
monumentos de carácter religioso (las pirámides) con sus plazas, atrios y
altares del fuego sagrado en donde se llevaron a cabo las diferentes
festividades del calendario ceremonial, símbolo de su identidad cultural. Las
periódicas reuniones y actividades conjuntas como la renovación de las
pirámides permitían el reconocimiento del poder y fortalecían la identidad
cultural.
Todo lo anterior es la base de
la civilización andina y están presentes en Caral como los exponentes más
antiguos de las principales instituciones de la época prehispánica, como la
reciprocidad (sistema de intercambio y circulación de bienes y servicios), el
calendario ceremonial (ligado a la producción, el cultivo y la pesca) o la
construcción y renovación de los templos, entre las más destacadas. La música
ocupó también un rol importante en esta cultura.
Características
§ En la cronología arqueológica, la civilización Caral corresponde al
denominado Período Formativo Inicial (antes Pre cerámico Tardío). Aunque en
lugares como Valdivia, en Ecuador, se producía cerámica desde 4000 a. C., en
Caral no se utilizó, por ello la denominación de pre cerámica. El logro más
impactante de esta primera civilización fue la construcción de extensas
ciudades, con edificios gigantescos, hechos de piedra, barro y materiales
vegetales, con formas de pirámides escalonadas, plazas circulares hundidas en
los frentes, y escaleras que daban acceso a la cima, donde había cuartos para
rituales. La evidencia arqueológica muestra la producción agrícola de algodón
para redes de pesca y prendas tejidas en técnica torzal, expresiones de arte en
la confección de flautas con figuras incisas de animales míticos que sugieren
un carácter religioso. Las diferencias de tamaño entre los asentamientos y sus
edificios evidencian jerarquía entre las poblaciones que los ocuparon, e
incluso la existencia de una organización política que hizo posible su
construcción.
Descubrimiento
§ En 1994 Ruth Shady inició una prospección en el valle de Supe, con
excavaciones en 1996, cuyos resultados publicó en 1997, afirmando abiertamente
la naturaleza pre cerámica de la ciudad Sagrada de Caral, y de la primera
civilización andina.2 Esta afirmación fue
nuevamente recibida con escepticismo y rechazo por parte de los arqueólogos.
Sin embargo, con el avance de las investigaciones, y nuevas publicaciones3 , quedó demostrada la
naturaleza pre cerámica de la civilización Caral.
CONCLUSIONES
§ El valle de
Supe fue uno de los asientos más importantes donde se configuró la civilización
peruana.
§ La ciudad de
Caral, es uno de los exponentes más destacados para el conocimiento del proceso
civilizatorio del desarrollo urbano y de la formación del estado en el Perú.
§ Los
feligreses de Caral que habitaban el territorio en forma nucleada y sedentaria,
basaron su economía en la producción agrícola, complementada con la extracción
de peces, moluscos marinos y los recursos del monte ribereño, de los pantanos y
las lomas.
§ El bajo
desarrollo tecnológico fue reemplazado por un alto nivel de organización
social, que utilizó a la religión como instrumento para el manejo de la fuerza
de trabajo humana.
§ Los
habitantes de la ciudad tuvieron un nivel de organización social complejo, con
diferencias jerárquicas, donde la clase conductora estaba sustentada por la
función social que desempeñaba.
§ La ciudad
fue construida, destruida, reconstruida y remodelada permanentemente, en un
contexto ritual. Cambió de diseño arquitectónico y de técnicas constructivas a
través del tiempo.
§ La construcción, mantenimiento y remodelación
de este centro urbano dependió de la productividad de un área mayor que la del
valle de Supe. Aquí apreciamos un aumento en la inversión de fuerza de trabajo,
a través del tiempo, los volúmenes de piedra y tierra son mayores.
§ La élite de
Caral participó en la esfera de interacción formada en el área norcentral, que
integró a las regiones de costa, sierra y oriente, cuyas sociedades
compartieron una serie de patrones culturales.
§ El valle de
Supe fue la sede de una sociedad que alcanzó gran prestigio en el Perú.
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